El pasado no es muy diferente a la actualidad con respecto a este tema. Donde las diversas potencias mundiales usan la excusa de "ayudar" a quienes se encuentran empobrecidos pero en realidad su objetivo es explotar los recursos naturales y humanos, y así apoyando gobiernos corruptos que desarrollan modelos económicos que poseen como ejemplo la globalización empresarial. Por lo tanto, el pretexto mediocre de ayudar es puramente un pretexto del neocolonialismo.
La población local denuncia que ellas no resultan beneficiadas de los sectores con telecomunicaciones o con infraestructuras pero, en cambio, en quienes sí repercuten es en las elites políticas y económicas.
Un ejemplo de país dominado por el neocolonialismo es Sudán del Sur, que se encuentra manchado de violencia, la malnutrición y las personas refugiadas dónde sus incentivos petrolíferos son un incentivo para la corrupción y las luchas de poder.
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